El Instituto de Investigación Animal de Carolina del Norte (EEUU) demostró que el ronroneo constituye un mecanismo curativo similar al tratamiento con ultrasonidos en medicina humana.
Se postula en este artículo que a través del ronroneo y los ultrasonidos empleados en tratamiento de seres humanos, podrían abrirse nuevas vías para el tratamiento de la osteoporosis y otras enfermedades metabólicas óseas del ser humano.
Asimismo, la sabiduría popular siempre mantuvo que sostener a un gato en el regazo mejora la salud física y psíquica de su dueño, quizá sea porque ese ronroneo curativo actúa también sobre el organismo del hombre.
Esto sucede porque los gatos pueden percibir nuestro desequilibrio energético y/o emocional, y con un mecanismo invisible a los ojos del humano , consiguen absorber esas energías negativas que nos quitan el estado de placidez, y a través del sonido de sus ronroneos nos devuelven efectos de tranquilidad y calma.
Los ronroneos como sanación
Podemos observar que cuando hemos llegado a la casa fatigados a causa del estrés por atascos en el tránsito, problemas laborales, angustias, etc, y nos hemos sentado en nuestro sofá favorito a relajarnos llegan ellos para colocársenos encima, y a los pocos segundos, comienzan a emitir sus serenos, armoniosos y tántricos ronroneos, toda una orquesta de sonidos beneficiosos cuyo poder sinfónico entroniza y se conecta con el yo más interno.
Y enseguida se nos olvidan las prisas, y de forma inmediata, nos sentimos relajados al punto de quedarnos casi dormidos mientras ellos siguen emitiéndonos con sus ronroneos milagrosos.
Los gatos poseen con su diminuto cuerpo el maravilloso don de la compañía y sosiego en todos aquellos casos donde la persona se encuentra sola.
Está demostrado también que en determinados problemas de niños solitarios o autistas, los gatos con su mágica presencia logran sacarles la mejor de las sonrisas a través de la comunicación expresa del contacto y las caricias, o visualizando simplemente las posturas particulares que los mininos adoptan a veces, y que tanto entretienen y divierten, pudiendo ser el encuentro con ellos tan beneficioso como practicar el mismo yoga.
Los gatos con su sigilo e independencia y en determinadas ocasiones proporcionan al humano más compañía que algunas innecesarias o vacías palabras vertidas al viento.
Amantes de los gatos y la ciencia han develado por qué el ronroneo tiene poderes terapéuticos. Aunque ya desde el antiguo Egipto se consideraba bueno para la salud el tener cerca a estos felinos, fue en la última década que se demostró la forma en que su sonido actúa en el organismo. El ronroneo de los gatos no sólo tranquiliza y ahuyenta los pensamientos depresivos, sino que también cura trastornos de sueño y regulariza la actividad metabólica.
Jean-Yves Gauchet, veterinario francés, es quien ha explorado las bondades de la ronroterapia. En abril de 2002 se encontró con un estudio publicado por Animal Voice, una asociación que investiga la comunicación animal. Las estadísticas del artículo llamaron su atención: después de una lesión o una fractura, los gatos tienen cinco veces menos secuelas que los perros y se recuperan tres veces más rápido. La hipótesis planteada por los especialistas es que el ronroneo tiene cualidades reparadoras; los gatos no sólo "vibran" de gozo o para arrullarse, también lo hacen para aliviar situaciones de estrés intenso.
Gauchet decidió probar la hipótesis en seres humanos. Preparó un CD de 30 minutos de ronroneos y pidió a 250 voluntarios que lo escucharan. Los reportes fueron positivos en todos los casos: bienestar, serenidad, facilidad para conciliar el sueño. La explicación está en que el ronroneo del gato es una vibración sonora de baja frecuencia (25 a 50 hertz), la misma que usan kinesólogos, ortopedistas y médicos del deporte para reparar fisuras de los huesos, aliviar lesiones musculares y acelerar la cicatrización. ¿Qué ocurre en nuestro organismo? Muy simple: al escuchar el ronroneo, el estímulo viaja por el circuito del hipocampo a la amígdala. Ahí la frecuencia del sonido desencadena la producción de serotonina, "la hormona de la felicidad", relacionada también con los ciclos de sueño, la libido y el buen humor.
Si un gato vibra para curarse, arrullarse y aumentar su propia comodidad, ¿por qué lo hace cuando lo acariciamos o lo sentamos en nuestro regazo? Muchos veterinarios afirman que se debe a que el gato entiende que una persona en calma y serenidad estará más atenta a lo que él necesita. Así, bajo la idea del cariño altruista de los gatos (o los perros) hay también una relación de conveniencia y superviviencia.
En general, las mascotas nos vinculan de manera distinta con el mundo y con nosotros mismos, alejan los pensamientos oscuros y reducen la ansiedad. Esto se debe principalmente al contacto físico. Particularmente los gatos tienen una suerte de imán para las caricias, es por ello que muchos terapeutas que trabajan con animales afirman que nos acercamos a ellos para encontrar una completud afectiva
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