VIAJE A LOS HIMALAYAS Y NEPAL

Nepal Fin de Año 2016:

 

“ABRE LAS PUERTAS DE UN NUEVO CICLO”

 

A veces algo profundo en nosotros anhela una renovación, un nuevo ciclo… Una nueva vida. Y sin embargo, en el día a día a menudo soslayamos esa voz profunda, viéndonos inmersos en un automatismo que no deja espacio a lo Nuevo con mayúsculas.

Cuando nos encontramos en tal encrucijada vital, como lo pueda ser la búsqueda interna de respuestas, la necesidad de sentir nuestro siguiente paso en la vida, un momento importante de toma de decisiones, la desconexión con nuestra dimensión esencial…, un viaje puede devolvernos a la profundidad de nuestro ser.

 

Milenariamente los seres humanos hemos peregrinado en busca del tesoro interno, emprendiendo viajes externos y recorriendo caminos que nos llevaban, a su vez, al Gran Viaje interno. Y sucede que cuando la ruta escogida para tal peregrinación del siglo XXI es milenariamente reconocida como sagrada, algo en nosotros se estremece reconociendo los anhelos que laten en lo profundo del corazón.

Nepal es uno de esos rincones del mundo reconocidos por su tradición milenaria; una tierra que evoca profundidad y sabor de sagrado (entendiendo por sagrado aquello que nos conduce a una íntima conexión con nosotros mismos y con el Misterio). Los imponentes Himalayas, los rostros inocentes de los nepalíes con una permanente sonrisa, los inciensos y ritos que impregnan los sentidos, los objetos en los transitados mercados, los edificios milenarios…, expanden la mente de un viajero curioso y con la atención amplificada.

Un viaje iniciático

Viajar en Fin de Año a Nepal no es una aventura turística más; es un Viaje Iniciático en el que el viajero que regresa a casa, no es el mismo que el que partió.

Durante los 12 días de itinerario recorremos paisajes internos y externos de gran diversidad y riqueza: los días de trekking en silencio por el Himalaya, los paseos por las atestadas calles de Katmandú, la compañía y apoyo incondicional de los sherpas, las vivencias sincrónicas que se van desplegando ante cada paso del viajero, el grupo no casual de compañeros de viaje, las meditaciones en parajes insospechados, el cultivo de la mirada interna, la integración del “templo y el mercado”, la bienvenida del Año Nuevo en pleno Himalaya… Vivencias y paisajes que tienden al viajero un puente a lo Transpersonal.

Quienes hemos viajado a Nepal, hemos sentido cómo nos impregnábamos de otra forma de ver la vida, hemos relativizado la mente cognitiva y hemos experirmentado, asimismo, cómo se abrían en nosotros dimensiones más profundas y metafóricas. Tanto al contemplar el horizonte desde los Himalayas, como al pasear por las calles de Katmandú, el viajero siente la fuerza de la vida, sabiendo que se están abriendo las puertas de un nuevo ciclo de vida.

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