Desde un punto de vista estructural y biológico, el organismo es un conjunto de partes o elementos resonantes. Cada órgano, víscera, tejido, músculo y hueso… posee una condición de vibración o se encuentra resonando en una determinada frecuencia convirtiendo nuestro cuerpo en complejas frecuencias sonoras que en un estado de equilibrio suenan como una orquesta perfectamente afinada.
Esto mismo ocurre con cada chakra o cada banda frecuencial de nuestro campo electromagnético (aura). Estos puntos y campos de energía tienen la misma importancia que el cuerpo físico, y están íntimamente relacionados. Por ello, cualquier sonido cercano al organismo humano originará un cambio físico y también afectará a los campos electromagnéticos. Este es el momento de la sanación y la trasformación.
La mayoría de las enfermedades empiezan en los cuerpos sutiles. Nuestros pensamientos y emociones negativos, también cargados de información vibracional, adoptan una forma densa y como patrones de energía se cristalizan a modo de frecuencias disarmónicas en nuestros campos etéricos. Esos patrones cristalizados van penetrando gradualmente en nuestros sistemas y se terminan por manifestar en el cuerpo físico.
El sonido es capaz de disolver estas cristalizaciones o energías potencialmente dañinas mucho antes de que lleguen al cuerpo físico, con lo cual podemos decir que el sonido es la medicina preventiva en su estado más puro.
Los terapeutas de sonido emplean las diversas frecuencias para ayudar a otros a que se sientan mejor y cuentan con muchos recursos a su disposición para llevar la sanación a la persona que lo necesite. Estos utilizan en combinación con la voz, instrumentos acústicos y sagrados de distintas culturas: cuencos tibetanos, tambores chamánicos, cuencos de cuarzo y diapasones entre muchos otros… Todo esto unido a un conocimiento funcional del sonido y al poderoso canal de trasformación y de guía que es la intención, provocará cambios poderosos en cada nivel del ser.
Por todo esto podemos decir que la TERAPIA DE SONIDO se trata de una terapia holística que actúa en los estratos físico, emocional, mental y espiritual.
Mediante el empleo regular del sonido combinado con la intención, podemos empezar a vibrar de manera más rápida, a un nivel celular o molecular. Esto se conoce más concretamente con el nombre de “subir la frecuencia”, este índice de vibración más elevado crea mayores espacios entre las células, lo que las hace menos densas, evitando que las energías negativas o ajenas se nos adhieran fácilmente.
Algunos de los modos en que el sonido puede ayudar en la sanación:
- Alivio del estrés y la ansiedad
- Mejora de la visión (física, mental y espiritual)
- Mejora de la concentración
- Mejora de la creatividad
- Alivio de la sinusitis y los dolores de cabeza.
- Equilibrio de los hemisferios cerebrales
- Restablecimiento del equilibrio del sistema endocrino.
- Estímulo de la actividad de las ondas alfa o meditación profunda.
- Aumento de la energía por medio de la estimulación del líquido cefalorraquídeo
- Equilibrio y limpieza de los chakras y del aura (y los órganos y glándulas correspondientes)
- Fácil acceso a la intuición y a la conciencia superiores
- Limpieza del entorno (Feng Shui)
Valorando todo esto, pensemos entonces que en nuestro poder está trasformar nuestra biología, nuestra mente y emociones, y es más, podemos tener la posibilidad de cambiar en salud y bienestar a las personas que lo necesiten.
Edgar Cayce predijo en la década de los 30 que el sonido sería la medicina del futuro. Y el futuro ya está aquí. ¡Anímate a trasformar tu vida a encontrar una profesión de futuro que te aportará numerosos momentos de inmensa felicidad y gratificación!
Mª Socastro González Lozano.
Terapeuta de sonido.
Profesora del Instituto de Terapias Energéticas
www.institutoterapiasenergeticas.com