PORQUE NO TENGO SUERTE EN EL AMOR

Hola Gema. A mí personalmente me parece una de las preguntas más eternas y recurrentes de cuántas existen. ¿Por qué yo? ¿Por qué me pasa? Y esas preguntas se alimentan de situaciones que ves y que enseñan justo lo que no se tiene. Ese saber que existe lo que se está buscando suele desembocar en un vacío cuando debería ser un estímulo para seguir persiguiendo la meta. Hace poco te he comentado por Facebook que cada día creo menos en un sentido y en una evolución, a pesar de que hay muestras difícilmente cuestionables que parece indicar que hay que pasar por todas etapas de desarrollo. El caso de Verónica y por desgracia el de muchas personas más es muy frecuente en este presente. En esta época de la superconexión, en la que parece que no existe la distancia, en la que se puede conocer personas de países lejanos y puede ser que surja alguna historia con esas personas, considero que es la época donde más soledad existe. Y no resulta paradójico porque todas esas relaciones bipolares (quizá tri- cuatri- quíntuple- polares) creo que se producen sencillamente por la soledad, no física, sino emocional. Creo que muchas personas se desencantan muy pronto porque las expectativas son enormes, porque tenemos los sueños demasiado contaminados por historias que duran cinco minutos (una canción), dos horas (una película) o dos noches (una novela). Todo eso, creo, que produce un desencanto prematuro. Y creo que no actuamos para remediarlo. Cuando quizá sea el primer paso que hay que dar. Quizá sea más importante que valorarnos a nosotros mismos y querernos a nosotros mismos. Quizá... Quizá porque para autodestrucción, yo soy un ejemplo. aunque parezca a chiste malo, el número que más se repite en mi DNI es el 7, mi karma de destino, mi karma en 3 de los cuatro pináculos y con un 0 en en el cuarto, que es el segundo. Sin embargo, tengo una voluntad firme para cuidar los detalles que son los primeros en olvidarse. Que hay que robar un minuto al tiempo para sonreír, para decir buenos días y dar un beso. Aunque llevemos diciéndolo diez años. Digamos que hay que obligarse o trabajarse, como se prefiera. Y yo, que creo que cualquiera es superior a mí, tengo muy claro que, me quiera a mí mismo o no, esa voluntad de romper el silencio y de crear situaciones, es una conducta olvidada en este presente donde muchas personas se preguntan por qué les va mal en el amor. Y podría ser un paso para dejar de formular dicha pregunta. Ahora bien, Verónica se sienta atraída por los golfos... Creo de verdad que si no existe una atracción no hay nada que hacer. ¿De qué vale decir que uno se muere, que el alma está a punto de reventar si en el corazón ajeno no existe nada? ¿Tiene Verónica que aprender a aceptar a personas que no la atraen sólo para acertar en el amor? ¿Se puede llamar amor sin ese añadido que hace a esa persona diferente a nuestros ojos? Y la última pregunta ¿alguien ha elegido alguna vez de quien se enamora? Hecha esta reflexión enfocada al hábito de existir más que a la esencia del alma, me pregunto si el haber aceptado cosas por simple necesidad como el hecho de aceptar ser la tercera en discordia sólo por el miedo a la soledad puede considerar tener mala suerte en el amor cuando es una decisión que se hace libremente. Ella podría haber dicho que no quería ser la tercera y entró en el juego con todas sus reglas y todas sus consecuencias. Está culpando al árbitro del resultado que se ha dado por su partido malo. Sé que estoy cometiendo el error de generalizar, pero he escuchado demasiadas veces esa pregunta, he visto demasiadas veces la falta de voluntad, la ausencia de detalles y el desprecio por esos detalles que hacen las personas por considerarlos idioteces. Luego son esas mismas personas las que formulan las preguntas que, si se parase un poco en este mundo tan rápido, las respuestas se verían solas. Simple falta de voluntad, simple miedo a la soledad y simple conformismo de aceptare lo primero que se pone delante. Imagino que no estarás de acuerdo conmigo, sé que piensas que todo responde a una causa, pero yo he visto causas similares en demasiados cuerpos como para poder creer que son casos individuales y no una simple consecuencia de esta vida tan rápida que nos ha tocado vivir.