Me gusta encontrarme con la vida a cada paso, explorar sus recovecos sin dar nada por hecho, inventar caminos y transitar por espacios de aprendizaje y crecimiento. Aprender de las gentes, de los libros, de los árboles, las nubes y los amigos. Del día a día, del momento. De ese instante por el que va transcurriendo la vida. No me gustan ni el peso de los dogmas ni las lecciones repetidas una y otra vez. Prefiero sostenerme en la curiosidad y en la propia experiencia, continuar buscando, encontrando y compartiendo. Creo en el cambio, en el movimiento, en la transformación y en la fuerza que nos empuja sin tregua a ser quienes somos, más allá de etiquetas y obligaciones, más allá de roles autoimpuestos, más allá de la obviedad. Creo en la conexión consciente, en la sonrisa del corazón, en la escucha verdadera que solo puede darse a partir de