BIOPSICOINTEGRACIÓN : Un paso más en el mundo de las terapias
Hoy en día coexisten una gran variedad de técnicas dentro de las terapias alternativas. Reiki, biomagnetismo, acupuntura, EFT-tapping, biodescodificación, arteterapia, flores de Bach y así podríamos seguir enumerando una gran lista de herramientas a disposición de todo aquel interesado en el universo de las terapias.
Entre los que ejercen el oficio de terapeuta podemos distinguir dos grandes grupos: por un lado aquellos que se han especializado y abordan el problema del cliente centrados en su particular modo de trabajar, ceñidos prácticamente al campo de su especialización y por otra parte aquellos que han ido seleccionando y sumando herramientas a lo largo de su formación y de su ejercicio profesional. Quizás este grupo sea cada vez más numeroso y es lógico dado que el enfoque, llamémosle "alternativo" presupone en la gran mayoría de ocasiones un abordaje holístico que no se limita a la visión cartesiana del ser humano sino que lo considera un ente total formado por cuerpo, mente y espíritu.
La Biopsicointegración da un paso más allá dentro de este último grupo, pero ¿Con qué propósito? No se trata de coleccionar técnicas terapéuticas porque sí. El fin último del terapeuta es que el cliente que ha entrado en su consultorio con un problema salga de el aliviado y a ser posible no necesite varias docenas de sesiones para restablecer su equilibrio psicofísico.
Para ello el especialista en Biopsicointegración aborda la problemática de la persona afectada como una expresión de su vida en el momento justo de la consulta, es decir, entiende que el cliente como ser completo está expresando una necesidad no cubierta, la mayoría de las veces por una inhibición de acción, o dicho de otro modo: un bloqueo a cualquier nivel que se extiende a los demás estratos de la persona.
¿Cómo solucionar un problema físico sin tener en cuenta los aspectos emocionales, relacionales y espirituales de la persona? ¿Cómo arreglar desequilibrios psíquicos sin contemplar un cuerpo que los contiene? Hay disciplinas que así lo hacen y con resultados positivos a corto/medio plazo, lo que hace que el afectado se olvide de ese molesto síntoma que una vez tuvo y siga haciendo la misma vida que antes de que surgiera su problema. No estamos descubriendo nada si decimos que esta solución es temporal y tiene fecha de caducidad porque se ha centrado en suprimir un síntoma sin buscar su causa.
En Biopsicointegración adoptamos una visión integral en la que contemplamos al ser humano como ente individual con unas vivencias subjetivas y objetivas pero sin perder de vista su situación en relación con el resto del mundo, con sus relaciones más cercanas (pareja, hijos, amigos…) y con sus relaciones cotidianas (compañeros de trabajo, clientes, compañeros de estudios, etc…) Esto hace que la perspectiva sea lo suficientemente amplia para conocer a la persona como ser independiente sin olvidarnos de su entorno, lo que nos facilita algo tan importante en la relación con el cliente como es la empatía. Somos seres sociales y existe una interdependencia del individuo con lo que le rodea. Es de resaltar aquí la importancia que le damos al enfoque sistémico familiar y laboral (la pertenencia a la familia supone la matriz de la identidad individual). Este hecho se materializa en las sesiones individuales de constelaciones familiares que se llevan a cabo en los acompañamientos.
Si seguimos un cronología secuencial en cuanto al proceso de atención al cliente y dando por supuesto que este ya nos llega con un diagnóstico aproximado (esto no ocurre en la totalidad de las consultas, pero si en un alto porcentaje de ellas), en Biopsicointegración consideramos que la génesis de la alteración está en un impacto biológico que produce una reacción simultánea en los tres niveles psique-cerebro-órgano. Cada tipo de conflicto enciende un relé en el cerebro y según la localización espacial de este repercutirá en un órgano u otro. El órgano impactado reaccionará en ese momento optimizando su función para contener la situación de peligro que esté experimentando el individuo. Es muy importante tener en cuenta aquí que en el ser humano el choque biológico va a desencadenar una emoción, por lo que en el mejor de los casos nuestro trabajo va a consistir en hacer que la persona encuentre la primera emoción análoga a la causada por el conflicto actual. Este hallazgo es de suma importancia ya que fue esta emoción primigenia la que condicionó una posterior inhibición de acción ante una circunstancia parecida y su correspondiente choque biológico. Lo que hoy día se puede considerar (erróneamente) un fracaso fisiológico, fue y sigue siendo la manera que tiene la naturaleza de salvarnos de un peligro.
Otros casos que se nos presentan pueden ser tratados de otra forma. Por lo ya expuesto, en nuestra línea de trabajo hacemos un abordaje múltiple, que abarca el cuerpo (incluyendo órganos y cerebro), la mente (psique) y además el espíritu y la sombra. Quizás de entre todos estos aspectos sea la sombra la que más atención merece en nuestros acompañamientos porque es ahí donde el cliente debe centrar más su mirada, siendo el trabajo del espíritu una labor personal en la que nosotros podemos establecer ciertas recomendaciones e incluso proporcionar tareas y lecturas enfocadas al crecimiento espiritual. Consideramos que al potenciar el progreso espiritual sin haber hecho un arduo trabajo con la sombra corremos el peligro de usar esta “espiritualidad” como una vía de escape para huir de la realidad y evitar aspectos dolorosos que necesitan ser confrontados para restablecer el equilibrio psíquico.
Entendemos por sombra, a la manera de C.G. Jung, aquellos aspectos ocultos o inconscientes de uno mismo, positivos o negativos, que el ego no ha reconocido o ha reprimido. El negar la existencia de este material no lo elimina, porque en ese caso aparecerá en forma de miedos, ansiedades y neurosis. Es sacándolo a la luz y reapropiándonos de él como conseguiremos combatir esa sintomatología. Además enfrentarse a la sombra no comprende solo trabajar con aspectos negativos que teníamos ocultos, sino que también nos hace descubrir nuevas potencialidades y posibilidades que no sabíamos que estaban ahí. Sea como sea, cualquier avance en cualquiera de los demás aspectos de la persona se verá saboteado si ese avance no se realiza también con la sombra.
En Biopsicointegración utilizamos diversas herramientas psicoterapéuticas para que estos contenidos afloren a la conciencia del cliente y los pueda integrar como una parte valiosa de su ser. Utilizamos desde técnicas gestálticas hasta respiración consciente. Cuando el cliente reconoce y aprende a vivir su sombra se vuelve más natural, humano y accesible, más sociable, se integra en su grupo con más facilidad y termina aceptando y valorando sus propios errores.
Con respecto al abordaje concreto que realizamos en patologías y desequilibrios psíquicos y físicos y al considerar de suma importancia el trasfondo emocional que activa e impregna cualquiera de estas alteraciones, en Biopsicointegración nos acercamos a lo que Jung llamó Imaginación Activa y Joaquin Grau desarrolló como Anatheóresis, aunque siguiendo la línea de trabajo diseñada por el Dr. Moya en su Medicina de la Persona. Esta práctica consiste en llevar al cliente a un estado de relajación en el que este no pierde nunca la conciencia pero puede vivenciar experiencias pasadas y llegar a una comprensión profunda de los hechos concretos que le han enfermado. Así dicho parece fácil, pero llegados a este punto de inflexión será el cliente el que decidirá si llevar a cabo los cambios pertinentes para que ocurra una transformación en su vida.
El enfoque integral que compartimos en Biopsicointegración no se limita al campo terapéutico únicamente, sino que a modo preventivo busca mantener el equilibrio psico-físico y para ello propone prácticas en las que entran en juego todos los aspectos vitales del ser humano, es decir, el cuerpo, la mente, el espíritu y la sombra. Para el cuerpo cualquier actividad que se practique regularmente es adecuada (asumiendo que se practique con las precauciones físicas pertinentes y con deportividad) : correr, bailar, montar en bici, nadar, yoga, aerobic…El trabajo con la mente es muy importante y a veces es olvidado ya que en los últimos tiempos se le ha dado mucha importancia al cuerpo (es el centro de la sociedad actual) y a “sentirse desde el corazón”, olvidando que es la mente el nexo de unión entre el cuerpo y el espíritu. La mente es la primera expresión del espíritu, ancla el espíritu al cuerpo y lo arraiga, a la vez que eleva el cuerpo hacia el espíritu, nos proporciona un marco de referencia sin el cual no se podrían sostener las experiencias espirituales. Para la mente es aconsejable leer, estudiar, aprender algo que no tenga que ver con nuestro trabajo, los juegos tipo mental training.
La meditación es quizás la práctica espiritual más accesible para cualquier persona, siempre y cuando esa práctica sea realizada adecuadamente. Hoy día hay infinidad de libros, videos y mucha información en Internet, pero es más que aconsejable aprender y mantener contacto con un verdadero maestro porque es muy fácil entretenerse o atascarse en estados fenómeno lógicos pasajeros. La práctica regular facilita una realización, un darse cuenta que va aligerar la vida y va a resintonizar con uno mismo, con todos y con todo.
En cuanto al trabajo con la sombra hay muchas formas de psicoterapias efectivas que van desde la terapia Gestalt al Psicoanálisis y el análisis transaccional y muchas más.
Como resumen final de esta breve exposición sobre esta nueva línea de trabajo podemos considerar a la Biopsicointegración como una praxis que considera al ser humano como una totalidad física, mental y espiritual, comprendiendo que sus síntomas son expresión de un conflicto vital que afecta a su totalidad. La práctica terapéutica consiste en indagar en la biografía oculta de la persona para traer a la luz de la conciencia aquellos mecanismos y emociones que han propiciado el desequilibrio actual, a la vez que hace un abordaje multinivel de todos los aspectos que conforman al sujeto para que así este encuentre el equilibrio que le proporcionará y mantendrá en una vida plena. Una prioridad, que no una condición, en Biopsicointegración es la de resolver la problemática del cliente en un numero reducido de sesiones. Existen motivos de sobra para considerar las limitaciones de tiempo y de otra índole que puedan tener las personas, sin mencionar, por obvio, la urgencia que tienen en resolver sus dolencias. La mayor aportación de una conciencia cuántica a la sanación es la de que los caminos de ida y vuelta se han vuelto cortos y rápidos una vez se da con ellos, el trabajo es ayudar a dar ese “pequeño viraje” en la conciencia dual para cambiar la perspectiva y como consecuencia de ello, llegar al paradigma cuántico. Nada nuevo si tenemos en cuenta que estos “descubrimientos” son conocidos por las filosofías orientales desde hace miles de años.
Cada pensamiento, cada acto, cada movimiento que hemos realizado a lo largo de nuestra vida ha sido el que nos ha traído al estado y a la situación en la que nos encontramos hoy, justamente ahora, y han sido perfectos para llegar al lugar en el que estamos, eso ya merece toda nuestra atención y gratitud. A partir de esta toma de conciencia podemos hacer balance de nuestra vida y darnos cuenta de que si algo no marcha bien en nosotros es simplemente una valoración subjetiva, porque sea cual sea el estado en el que nos encontremos, es justo el estado que nos ha llevado a vivir lo que estamos viviendo en este momento y es el mejor de todos. Si no nos agrada y queremos que cambie, entonces tendremos que cambiar nosotros. No hay terapia efectiva sin cambio interno y no hay cambio interno sin conciencia. Es esta toma de conciencia la piedra angular de nuestra práctica.